I can't anymore, just can't

sábado, 26 de marzo de 2011

¿Las amigas verdaderas? No existen.

Por qué si yo doy la vida por ellas. Por qué si yo las quiero tanto. Por qué si confío en ellas mi vida. Por qué si son mi amigas me hacen esto.

Sí, es una tontería. Sí, no es nada. Sí, ¡las odio mucho! Sí, me gustaría haber ido con ustedes, o que me hayan avisado.

Pero no me interesa.

Sin ustedes estuve mejor. Sin ustedes puedo. Sin ustedes soy mejor. Sin ustedes tal vez sea más feliz.

No debería estar llorando. No debería estar pensando en eso, ni en ustedes. No debería sentirme así, con este hoyo dentro mío.

Desearía no sentirlo. Desearía no sentir este agujero y este dolor inmenso. Desearía olvidarlo y que no me importase.

Pero me importa.

Me importa porque las amo. Me importa porque son mis amigas. Y dos de ustedes mis mejores amigas. "mejores amigas" . Me importa porque son unas mierdas.

Y las odio. Las odio y ojalá no fueran mis amigas. Mentira, ojalá fueran buenas amigas. Ojalá pensaran en mi sólo, SÓLO un poquito.

Pero no pueden. No pueden porque no son como yo. No pueden porque no tienen sentimientos, son egoístas. Egoístas y malas.

No quiero saber más de ustedes. Desaparezcan. No me interesa. No me interesan y lárguense. Hagan de su vida una mierda. Lo que ustedes quieran, no me interesa. No me interesa nada que tenga que ver con ustedes. Las odio. LAS ODIO.

LAS ODIO DEMASIADO.


Tu recuerdo no me abandona


Llevo esperándote ya casi año y medio.

Sueño contigo a pesar de no estar contigo.

Mas es normal, o podría serlo.

Pero ni siquiera me gustas.

Simplemente cuando pienso en ti,

pienso en todo el tiempo que tendré que seguir esperando.

Porque, a pesar de todo,

no siento más ese no se qué cuando pienso en ti.




domingo, 13 de marzo de 2011

dulces dieciseis

Ahora realmente me doy cuenta que no me gusto. No me gusto para nada. Y por lo tanto, no me quiero. También, para nada.

Sí, me cambiaría. Sí, cambiaría muchísimos aspectos de mi. Demasiados. Sí, a veces me gustaría, no ser otra persona, sino cambiar los aspectos míos que no me agradan por los de otras que sí me satisfagan.

Oh, Dios, por eso por eso me encantaría morir. Por eso, ahora, soy cada día más amarga. Una persona triste y llena de amargura, que lleva arrastrando cadenas durante meces. Cadenas pesadas. Cadenas llenas de rencor, inseguridad, impotencia. Cadenas de infelicidad. Cadenas que me tienen atada a la vida. Y eso me hace odiarla aún más. Cada segundo lleno de odio y confusión. Cada minuto de maltratos, de llantos, de réplicas. Cada hora. Cada día. Cada semana y cada mes. Protestando. Protestando por una vida de felicidad: la muerte.

Suplicando cesar el sentimiento que me tiene ahogada en la penumbra. Suplicando por ayuda a salir del océano lleno de oscuridad. Suplicando por no nacer y lamentando que nunca será posible, porque ya estoy aquí y contra mi voluntad.

viernes, 4 de marzo de 2011

Tu esencia en mi vida




Cómo empezar.

No puedo saberlo, así como no puedo saber nada de lo que "pasó" y no pasó entre nosotros. Me confunde, siempre lo hizo. Siempre lo hizo al igual que tú y tus asquerosas y atrayentes miradas.

Después de más de un año sin dejar de verte, sigo pensándote; lo cuál, dudo mucho que tu hagas conmigo. De vez en cuando desapareces (de mi mente). Pero así como viniste la primera vez, apareces la número quinientos y tanto de improviso, tan inesperado como de costumbre y sin importarte cuánto me afecte, para bien o para mal. Claro, es que no lo sabes. Probablemente ni te imagines el efecto que causaste en mi, cuándo "estabas a mi lado".

Pero todo bien, todo fresh. Así fue siempre, y parece que así lo seguirá siendo. Parece que nada cambiará, porque sigue igual que hace dos, cinco, siete, once, catorce... catorce meces.

Quise escribir sobre ti, para ti, para pensarte. Una vez más. Supongo que lo necesitaba. Necesitaba, te extrañaba (te extraño) en mis pensamientos, en mi cuerpo y en mi sonrisa.

Y es que -no entiendo cómo- de una manera extrañamente fácil y difícil a la vez, lograste entrar (sin permiso, claro está), arrimar, acomodarte, haciendo y deshaciendo, cómo tu nombre y tu persona lo creían conveniente, muchos sentimientos, emociones y pensamientos que se albergaban en algún rinconsito de mi.

De hecho, cambiaste mi vida. De eso no hay duda alguna. De alguna forma, algunos aspectos. O tal vez el hecho de que me hayas gustado de esa manera. En esas circunstancias; en ese momento, naturalmente, equivocado. Muy muy equivocado.

Que más se espera que diga. Que más se espera que diga de ti. ¡Que esperas tú, que yo sienta por ti! Cuándo lo sepas, cuándo sepas que nunca abandoné tu recuerdo, lo obvio es que te sorprenderás y pensarás que estoy profundamente, enamorada no, obsesionada contigo. Y, sí, probablemente te de miedo, te asustes, te voltees en un segundo y te marches en otro, huyendo por primera vez de nuestra relación que nunca empezó. Probablemente pienses que estoy loca, que soy una chiquilla enamoradiza, una tonta, una ilusa; alguien que no supo superar algo que pasó hace mucho tiempo, y que no fue nada.

Pero, déjame decirte: no fue nada para ti. Porque para mi, significó la vida entera. Una vida que espero poder acariciar e ir más allá de esas caricias del comienzo, que deberá tener un final, porque dicen que todo lo tiene. Pero esperemos que ese mismo final se tome todo el tiempo que desee, porque vamos a querer disfrutar de nuestro "para siempre", que dicen, es muy poco tiempo. Y pasará así, siendo muy poco, a pesar de que para nosotros se detendrá, brindándonos felicidad que mucho tiempo soñábamos no tener que esperar.