
*lean 27/04/11
Lo releo y lloro, porque con esto sufro. Al verme al espejo y ver que hay un rollito de más(lo cual sucede con frecuencia), me hace llorar de igual manera. Al tocarme el rostro y darme cuenta que hay más piel, y por lo tanto grasa, tiendo a jalarme de los pelos, a golpearme en la barriga y darme de cachetadas mirandome con odio y repugnancia fijamente a los ojos. Y en el "mejor" de los casos, respiro respiro y sigo respirando, porque no quiero; no quiero no no hacerme daño, sino entrar en crisis. Sigo respirando y las lágrimas comienzan a brotar descontroladamente de mis ojos; bañando escandalosamente mi rostro, empañando mis lentes y corriendome el maquillaje. Me calmo (o al menos eso intento), agarro mi botella capaz de contener 1 litro de agua, y me dirijo a la cocina. La lleno, y rápidamente (lo antes posible, mejor) comienzo a purificarme(rellenarme -¡cómo no! -con agua). A iniciar el proceso de eliminación de toxinas. Iniciar el intento de disminuir el daño; eliminar la mayor cantidad posible de grasa y peso. Volver a como estaba antes de atragantarme. Me desespero, porque si no hubiera comido, podría estar más flaca aún. Pero no importa, mañana será otro día, podré pensar con la cabeza fría y reflexionar, tener la voluntad suficiente para no probar bocado; o al menos no ingerir alimento(nutriente) demás de mi puta y asquerosa dieta(que asco). Podré, quizás, comenzar (otra vez) el trayecto de ir achicando el estómago para volver a mis 150, 100, 90, 50 (lo siento, nunca pude llegar a enorgullecer a Ana) calorías y por fin (¡¡¡¡POR FIN!!!!) lograr pesar 45(porque tiendo a pensar que no podré más allá de eso), 44 o tal vez, quizás, 40 (porque soy diferente y especial). Mañana podré (eso quiero sentir y creer), porque mañana será otro día, a pesar de que las calorías siguen siendo las mismas.
ps. la imagen -para mi situación- es exagerada, pero es la que definitivamente puede emitir más, emociones mías que la chica de la foto también siente.