
Hace tiempo que no escribo. Podría decir que mi vida ha cambiado, pero lamentablemente (o por muy buena suerte), no lo ha hecho. Sigo sumiéndome desesperadamente en películas que provocan mi llanto, que me hacen desear un amor de novela (pero no mexicana); en realidad uno de película de cualquier parte del planeta, con tal de que sea amor de verdad, me basta, y así esperar con mente y corazón de estúpida, a que algún día cercano, este despierte mis ojos y me haga sentir lo que ya he estado sintiendo desde ya hace algún tiempo. (Bastante tiempo). Mi baja autoestima sigue igual que hace dos años, tan igual que lo detesto y lo desconozco. Quizás he aprendido a superarla, pero creo que sólo está un poco enterrada; el problema es que la enterré viva, y esta maldita, no muere asfixiada como los seres vivos. Mis emociones están revueltas; no es que sea novedad, es sólo que durante un mes llegué a sentir eso que le dicen paz, algo de tranquilidad conmigo y con el mundo, eso que se dice estar dopada; claro, en casos como el mío. Ahora estoy más confundida conmigo misma, los sentimientos afloran como siempre solían hacerlo, las pastillas me han dejado, y faltan días para que vuelvan a mí. Es una lástima que tengan que acabarse, no me importa si he de depender, sólo me importa un poco (bastante) ser feliz, estar a mano con el mundo, con la gente llevarme bien, no tratar a cada individuo como si fuera lo que me pasa cada día- lo que siento cada día. Me preguntas, quizás, si espero, si deseo poder llevar la fiesta como fiesta sin necesidad de ingerir pastillas, y tal vez, más que un tal vez, un seguro no me importa pronuncian mis labios; porque es verdad, no me importa en lo absoluto ser dependiente de antidepresivos, todo con tal de dejar de ser así y de revolver los asuntos sucios que no hay y no habrán. Este ritmo acelerado, este pulso que va más de lo que debe, estos sueños que son pesadillas, espero no tenerlos más, es cierto, pero la manera no importa. Son muchas ansias que tengo de este lugar, ansias de tener ansias, de vivir lo que he imaginado; el tiempo me toca el hombro, me dice te retrasas por minutos, y a mí esos minutos me parecen años; que lo son, pero todo el mundo pasa por tardanzas, y supongo que no quiere decir que vayas a ser infeliz y fracasad@ toda tu vida, o lo que le sigue a esta.