I can't anymore, just can't

miércoles, 27 de abril de 2011

Descubriendo vanidades

Bien. Dije que pensaba no volver a hacerlo. Sí que lo pensaba. Y estaba muy segura de que no lo volvería a hacer.

No recuerdo exactamente las circunstancias, sólo que ese año no había sido - no lo fue - muy favorable (nada) para mi. Tal vez no me diera cuenta, tal vez estuviera ciega completamente a pesar de negarlo rotundamente; pero estaba destrozada.

Aunque volteara la vista hacia atrás y recordara, analizara y pensara los momentos, peleas, problemas o cualquier otra circunstancia; y viera (o al menos creyera) que no pasaba nada, que cero problemas graves en mi vida, que todo light, todo fresh, que el único problema era yo..., yo sufría. Y mucho. Mis problemas eran más graves (peligrosos) de lo que yo creía. Los asumía como formas de vivir, como si todos o mucha gente lo hiciera, y estuvieran bien- yo vendría a ser la única anormal. En efecto, sí, era conmigo misma. Pero no que el problema fuera yo.

Tal vez a raíz de ese pensamiento-sentimiento, mis problemas comenzaron a desencadenarse. No sé. Pero hace poco (dos días) descubrí que soy bulímica. Pero no la bulímica que todo el mundo conoce y sabe sobre, sino la bulímica que se atraganta con comida, tiene atracones, no puede dejar de comer, pero, sin embargo, no vomita. Pues bien, eso soy.

Pero también tengo otra perla: estoy obsesionada con mi cuerpo. Noy soy bulímica purgativa (la que vomita), ni anoréxica. Sin embargo, hago lo que ellas. No quiero preocupar, por favor. No quiero que me prohíban, ni me miren con caras raras, ni que esten pendientes de mi. Estoy bien, me siento bien (haciendo lo que hago), no necesito la ayuda de nadie. Con esto quiero decir que no vayan a alarmarse de que voy a morir de esto, porque tengo la suerte (muy mala suerte) de sólo tener obsesión. Por lo tanto, no voy a llegar a los 35 kilos jamás, ni a los 40 (lamentablemente).

Quería aclararlo (aclarartelo y aclararmelo). Quería contarlo, no quiero secretos. Porque es mi blog, mi fuente de inspiración, de descargues, de llantos y de confusiones. Si vas a leerlo, lo leerás todo. Pero, por favor, no sufras, no estés ni seas triste. No quiero herirte, es lo menos que quiero.

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