Después de todo soy mortal. Y creo que soy más mortal que la mayoría de personas que creen ser mortales. Podría morir con tanta facilidad que espantaría la tranquilidad de vivir. Tengo más desórdenes sentimentales que mentales; y eso es completamente mentira, quizá fluyó así, porque queda mejor y de todas maneras soy una romántica insufrible, así que ve tú a entender, porque yo ya perdí el hilo de hasta lo que respiro. En fin, tengo más desórdenes mentales de los que te puedas imaginar, yo ya ni imagino, porque ya que soy completa y llenamente mortal, de tanto pensar en el rollo que almaceno, me muero, y me muero de una.

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